jueves, 24 de marzo de 2011

PPK PRESIDENTE

Un extranjero puede llegar a sentir tanto o más cariño por un país que el que pueda sentir un aborigen. Es verdad. Especialmente cuando ese extranjero lleva afincado un buen tiempo en ese país en el que no nació. Llevar años de años coexistiendo con personas que sin ser connacionales le llegan a identificar como uno de los suyos le confiere a ese extranjero una especie de nacionalidad indocumentada, una suerte de documento nacional de identidad sentimental.
Y ese extranjero puede incluso llegar a hacerse merecedor de erigirse en el líder y en el conductor de los habitantes de ese país. Porque al haber pasado tanto tiempo con sus habitantes, compartiendo sus penurias y sus triunfos, se ha ganado ese derecho y no le pasa a nadie por la cabeza que en el ejercicio del poder que le puedan conferir se vea en algún momento tentado a favorecer los intereses del país en que nació en desmedro de los intereses del país que lo acogió y lo hizo su líder.
Por eso es que no veo por qué el señor Pedro Pablo Kuczynski no podría aspirar a ser el Presidente de los Estados Unidos de Norte América. Más aún cuando él ha obtenido por la vía legal la nacionalidad norteamericana. Él ha residido por muchos años allá y les tiene una profunda gratitud por todo lo que, además de la ciudadanía, recibió de ellos.