Navegando por la red en busca de información para enriquecer una obrita en la que venimos trabajando con dos amigos más, encontré una frase que, con solo leerla, me hizo recordar de inmediato la “literatura” que practica y que vende el discutido autor nacional Jaime Bayly.
Es una frase de Milan Kundera, y reza así: “Desprecia la literatura en la que los autores delatan todas sus intimidades y las de sus amigos. La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo”.
Y, por lo que se sabe, y el propio Bayly ha reconocido y aceptado, todas sus obras giran en torno a su propia intimidad, desde que se inició en el oficio de escritor. Y no solo en sus propias intimidades sino, además, en las de sus amigos, con quienes ha tenido no pocos encontrones al detectarse citados y desnudados en incómodas situaciones.
Ateniéndonos pues a lo afirmado por Kundera, debiéramos, para comenzar, despreciar esa “literatura” de Bayly; y luego, observando la difícil situación que actualmente atraviesa, teniendo que soportar el rechazo de sus dos hijas mayores y la de la madre de estas, la inestabilidad laboral de la que tiene que andar escabulléndose por sus propios desatinos y sus enredos de índole sexual que le han deparado mil y un sinsabores; todo lo que en tono lastimero y mendicante recoge en sus artículos periodísticos semanales, no quedaría sino confirmar el aserto final de la cita “La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo”.
Lamentable por este bisoño aprendiz de literato con delirios de grandeza, al que reconociéndole una prosa interesante y una innegable inteligencia, cayó en el facilismo de relatarnos sus intimidades y vivencias sin llegar a ocultar o disimular las identidades de sus personajes, por más forma novelada que pretendiera infundirle a sus escandalosos relatos.
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