domingo, 6 de mayo de 2012
NO SOLO NOS PASA A NOSOTROS
No pretendo con estas líneas complacer resignadamente nuestro extendido complejo de fatalismo y “mala leche” que negativamente anida en nuestra idiosincrasia, hamacándonos en el viejo proverbio “mal de muchos…”. No. La pretensión, en todo caso, es hacer notar que no somos una sociedad tocada por la vara de una invisible y maligna bruja que nos condenó por siempre a no poder disfrutar de algún exitoso y satisfactorio triunfo a nivel nacional. También le ocurre a otras sociedades. ¡Y de qué manera!
Hasta los 33 minutos del segundo tiempo, esto es, a doce minutos de la finalización del partido, el equipo de la ciudad de Granada, que lleva el mismo nombre de la ciudad, le ganaba por 1 a 0 al flamante campeón de la renombrada liga de fútbol española, al Real Madrid, que alineaba a la mayoría de sus más rutilantes estrellas, encabezados por Cristiano Ronaldo. Con ese histórico triunfo estaban dejando atrás nada más y nada menos que cuarenta años de no haber podido vencer como locales a su encumbrado oponente. Pero no era solamente eso lo trascendente del memorable triunfo que hasta ese momento venían consiguiendo. También se estaban salvando de la pérdida de la categoría, ya que a falta de una fecha lograban sumar con esa victoria 45 puntos, de modo que aún perdiendo su siguiente partido, frente a otro equipo comprometido con el descenso -el Rayo Vallecano- resultaba inalcanzable por este y el Real Zaragoza (ambos con 40 unidades) y por el Villarreal, que ganando su último partido de la Liga lograría completar 44 puntos.
Pero en esos fatídicos 33 minutos del segundo tiempo del encuentro que disputaba frente al Real Madrid, el árbitro del partido sancionó un discutible penal en contra del Granada por una dudosa falta en el cobro de un tiro de esquina contra la estrella Cristiano Ronaldo. Este mismo jugador se encargó de transformar el penal en gol, decretando el transitorio empate. Con él, sin embargo, el Granada llegaba a 43 puntos y prácticamente aseguraba su permanencia en la Primera División, ya que dos de las tres plazas para el descenso estaban anticipadamente cubiertas por el Rácing de Santander, con apenas 27 puntos acumulados y el Sporting de Gijón con 37 unidades. Logrando 43 puntos por su empate con el Real Madrid quedaba en buena posición para salvar la categoría enfrentando en la siguiente y última fecha al Rayo Vallecano, con 40 puntos, al igual que el Real Zaragoza, además de contarse entre los implicados nada menos que el Villarreal con 41 puntos.
Pero los granadinos no habían llegado al clímax de su sufrimiento. Increíblemente, cuando se jugaba el tercer minuto de tiempo agregado, luego de cumplidos los 90 de juego, se produjo un autogol que determinó la volteada de partido a favor del Real Madrid, con lo que no solo se esfumó la posibilidad de acabar con los cuarenta años que el Granada no consigue derrotar al Real Madrid jugando en su propia cancha, sino que, al quedarse con sus 42 puntos ve peligrar su permanencia en la categoría, en caso de caer derrotado ante el Rayo Vallecano en la última fecha del torneo español.
Pero eso no fue todo, por si no resultara suficiente. Terminado el compromiso, los jugadores del Granada arremetieron contra el árbitro del cotejo, llegando incluso a lanzarle una botella de plástico llena de gaseosa que llegó a impactarle en el rostro. Aun cuando el partido había ya finalizado, el referí expulsó a dos jugadores del equipo granadino que, obviamente, no podrán alinear contra el Rayo Vallecano en la siguiente determinante y última fecha, con lo que sus chances de permanecer en la Primera División disminuyen todavía más.
¿Vieron? No solo a nosotros, los peruanos, nos pasan esas cosas que parecen delineadas por el mismísimo Lucifer.
Etiquetas:
idiosincracia peruana,
perdedores,
Real Madrid,
torneo fútbol español
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario