jueves, 23 de diciembre de 2010

MAGO, NO CEDAS

Si hay algo que propicia el resquebrajamiento moral que sufre desde hace años nuestro país, es la impunidad.
En los más diversos campos de la actividad humana constatamos día a día cómo se deterioran las bases de la disciplina y el buen comportamiento por la debilidad que muestran las autoridades para sostener sus decisiones de sancionar los actos de indisciplina, de corrupción e inmoralidad.
Esta pusilanimidad patológica, que muchas veces obedece a la proliferación de mafias enquistadas en casi todos los campos del quehacer nacional que a través del chantaje generalizado van extendiendo sus tentáculos como un cáncer por todo el sistema, va dejando escasísimos espacios para la decencia y el buen proceder.
La mayoría de la gente de buen vivir, decente y honesta, aplaudió y respaldó la decisión del nuevo técnico de la selección nacional de fútbol, el famoso “Mago” Sergio Markarián, al disponer la exclusión de las filas de la selección de los que cometieron una falta disciplinaria al escaparse del hotel en que estaban alojados en Panamá, señalando además que no los volvería a convocar. Entre los jugadores sancionados estaba el reincidente Jefferson Farfán, estrella del Shalke 04 de Alemania, que ya había sido anteriormente sancionado por el Chemo Del Solar a raíz del despelote perpetrado en el Club del Golf Los Incas.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte surgen voces desde diferentes frentes que buscan presionar al Director Técnico uruguayo a fin de que le levante la sanción al “insustituible” Jeffry. Y él mismo, apenas llegado al país, lo primero que ha hecho es “disculparse” con el entrenador y solicitar “una nueva oportunidad”.
Mago: la gente honrada y decente de este país te respalda y te invoca a que no des tu brazo a torcer. ¡Basta ya, de una buena vez, con la impunidad! No hay nadie, por muy eximio que sea en el manejo de la pelota, que sea insustituible. Y aun cuando así fuera, es preferible prescindir de un elemento evidentemente proclive a la indisciplina, a la juerga y al vacilón que con su presencia contamina y contagia a jóvenes elementos del grupo seleccionado, que intentar alcanzar una clasificación al mundial de fútbol sentando el mal precedente de claudicar en los irrenunciables principios de decencia, autoridad, disciplina y honradez con la que todos los peruanos confiamos esta Ud. Don Sergio, conduciendo los destinos de este grupo humano.

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