En las próximas elecciones no voy a votar por Keiko Fujimori Higushi.
Entre otras, y principalmente, por las siguientes razones:
a) Al no haber trabajado en nada que le haya demandado esfuerzo, responsabilidad, iniciativa y creatividad durante sus 35 años de existencia, no tiene conciencia de lo que significa asumir la administración de la conducción de una sección, de un departamento, de una división, de una gerencia, nada de nada. Ni siquiera la administración de su casa pues sus recargadas “labores partidarias” no le dejan tiempo para eso.
b) Lejos de reconocer que sus onerosos estudios universitarios en los Estados Unidos de Norteamérica fueron pagados, ilegal y dolosamente, con recursos de todos los peruanos gracias a las delincuenciales maniobras de Montesinos, no solo con conocimiento de su padre, Alberto Fujimori, sino por indicación de este; se suma al coro de explicaciones incongruentes, contradictorias y falaces que lo que único que logran es reafirmar la idea que ella conocía de estas punibles irregularidades.
c) Envanecida y cegada por el poder y la comodidad no fue capaz de ponerse del lado de su madre cuando se hicieron públicas las torturas, secuestro y encierro de las que fue víctima por parte del ex dictador Alberto Fujimori.
d) Carencia de arraigo nacional pues sus abuelos son japoneses y la nacionalidad de su padre no está plenamente demostrada que sea la peruana. Sería recomendable que se sometiera a una prueba sobre historia y geografía del Perú.
e) A despecho de que el argumento que utilizara su padre como pretexto para disolver el Congreso de la República, con ocasión de su autogolpe de 1992, fue la mediocridad de sus integrantes, insiste en llevar en su lista de candidatos a personajes de dudosa capacidad solo por el hecho de ser “anzuelos populares” que pueden acarrearle unos cuantos votos, como el caso de Giancarlo Vacchelli, “El angelito del 11”, personaje que padece de osteogénesis imperfecta más conocida como enfermedad de los huesos de cristal, quien hasta hace poco trabajaba como comentarista deportivo en el canal de Ricardo Belmont; o el caso de Leyla Chihuán, voleybolista profesional integrante del seleccionado nacional, o Pepe Vásquez, cantante de portentosa voz que pasea su bohemia por las noches limeñas seguido de un halo de dudosa reputación, o su hermano, Kenyi, más conocido por los videos en los que aparece en ajetreos sexuales con su perro “Puñete” que por obras de relevancia y trascendencia.
f) Los mayores de 45 años ya padecimos el error de llevar a la presidencia del país a un ciudadano de tan solo 35 años de edad. La inmadurez y proactividad de un joven de 35 años no son buenos consejeros para conducir los destinos de una nación; si no bastará con echarle una ojeada a los diarios de los últimos años de la década de 1980 para recordar qué sucedió con nuestro Perú por confiarle la primera magistratura a un inexperto enjundioso mancebo.
g) Tiene previsto como punto básico, central y único de su programa de gobierno, darle el indulto a su padre para liberarlo de la reclusión penitenciaria a la que ha sido sentenciado dentro de un proceso judicial completamente justo y transparente que pudo ser observado por todos a través de la televisión.
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