sábado, 10 de enero de 2009

CORRUPCIÓN GUBERNAMENTAL

El principal pretexto enarbolado por el dictador Juan Velasco Alvarado para justificar el golpe de estado perpetrado contra el primer gobierno del arquitecto Fernando Belaúnde Terry en octubre de 1968 fue el nunca esclarecido affaire conocido como la página 11, refiriéndose a una extraña desaparición de la página signada con ese número en el contrato suscrito por el estado peruano con la transnacional petrolera IPC. No obstante, ulteriores investigaciones habrían demostrado que la susodicha página habría sido exprofesamente arrancada por funcionarios del propio gobierno belaundista al considerarse que no aportaba ningún elemento sustancial al contrato, pues en ella aparecían solamente algunos cálculos hechos a mano relativos a alternativas de eventuales variaciones en el tipo de cambio.
Una hoja faltante en un contrato, ciertamente importante y trascendente, de eso no cabe la menor duda, dio pie al inicio de una de las aventuras golpistas de más ingrata recordación en la historia del Perú.
Los diarios de esta mañana, más de 40 años después del incidente comentado líneas arriba, dan cuenta de un extraño robo en el Ministerio de Salud, que conllevaría la desaparición de 41,100 folios originales contenidos en 822 cajas con documentación aparente y sospechosamente relacionada con las negociaciones efectuadas por el anterior titular del sector, el ex ministro Hernán Garrido Lecca, para la construcción de hospitales, nada menos que con el empresario dominicano Fortunato Canáan actualmente investigado por supuestas ilegales maniobras para la obtención de ventajas en la adjudicación de licitaciones, valiéndose de la influencia del ex ministro aprista Rómulo León Alegría.
No pretendemos de ninguna manera incitar ningún tipo de levantamiento militar al hacer esta semblanza. Lo que sí esperamos es que el presidente de la república aparezca, con la misma energía y convicción con la que se mostró semanas atrás en una entrevista que le concediera a Lúcar en el programa que este conduce en el canal 9, en la que llegó a llamar “mal nacidos” a aquellos que se valen de sus cargos para robar desde el gobierno el dinero que le pertenece a todos los peruanos, y que manifieste pública, sincera y abiertamente su condena a este deplorable hecho otorgando todo su respaldo a los organismos encargados de realizar las investigaciones orientadas a dilucidar la eventual participación de su compañero y amigo Garrido Lecca en eventuales actos de corrupción, dejando que los medios cautelen de cerca y sin censuras ni limitaciones de ningún tipo, que tal ofrecimiento no se quede solo en palabras.
Solo así podríamos creer que el exabrupto y acaloramiento mostrados en el programa de Lúcar fue sincero y que puede llegar más allá de la histriónica pose para los medios.

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