Siendo ambos, Kuczynski y Toledo, neoliberales y demócratas, a mucha gente le parece una maniobra de los simpatizantes de la chakana haber soltado la especie que en una segunda vuelta Kuczynski perdería si se enfrentara a Humala mientras que Toledo sí lo lograría vencer.
Sin embargo, esto es lo que expresaban los sondeos de opinión hasta cuando se permitía su difusión.
La explicación de este fenómeno estaría en que a Kuczynski, aliado entre otras fuerzas políticas, con el PPC, se le asocia con la derecha; mientras que a Toledo se le percibe como un político de centro izquierda.
En una hipotética segunda vuelta entre Kuczynski y Humala, el primero no tendría cómo cambiar la percepción que de él tienen los sectores C y D y una buena parte del Sector B. Aparte de que seguramente Humala trataría de profundizar esa percepción relevando su alianza con el PPC.
En el caso de que fuera Toledo quien se enfrentara a Humala en una segunda vuelta no ofrecería este flanco vulnerable, lo que le permitiría atraer hacia él la votación de un buen número de electores de los sectores C y D.
De ahí que, si un elector no desea tener a Humala como Presidente de la República, por más que sus simpatías se inclinen hacia Kuczynski debe hacer de tripas corazón y darle su voto a Toledo, para evitar que en la segunda vuelta sea Humala el vencedor.
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